Juan Manuel Hueso Alonso fue nombrado presidente de la Sociedad Española de Criminología y Ciencias Forenses (SECCIF) el 9 de noviembre de 2023. Docente en el grado de Criminología en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), cuenta con más de 25 años de experiencia en seguridad. Es graduado en Criminología y Ciencias de la Seguridad por la Universidad Internacional de Valencia (VIU) y director de seguridad en una instalación nuclear. Asimismo, es divulgador en seguridad privada.
D. Juan Manuel Hueso Alonso, el 9 de noviembre de 2023 fue nombrado presidente de la Sociedad Española de Criminología y Ciencias Forenses (SECCIF). Ya nos hablará de ello. Pero, en primer lugar, dígame, ¿qué es la criminología?
En primer lugar, gracias por darme la oportunidad de participar en esta entrevista.
¿Qué es la criminología? Esta es una pregunta que todo estudiante se debería formular —y, por supuesto, cuya respuesta buscar— antes de iniciar sus estudios en esta ciencia para luego no llevarse sorpresas por haberse generado expectativas no ajustadas a la realidad.
Si nos ceñimos a la definición de la RAE, la criminología «es una ciencia social que estudia las causas y circunstancias de los distintos delitos, la personalidad de los delincuentes y el tratamiento adecuado para su represión». Dicho de otra manera, es una ciencia que estudia el fenómeno delictivo en sus cuatro vertientes: la víctima, el victimario, el delito y el control social. Por lo tanto, los ámbitos de trabajo de la criminología deben ir orientados a la prevención del delito, al tratamiento de las víctimas y el delincuente, así como a la aplicación de las penas. La criminología pretende conseguir minimizar o paliar fenómenos criminales.
Nos ayuda a comprender las conductas delictivas, que suele ser lo más habitual, pero también las conductas de las víctimas. Un ejemplo claro podemos verlo en mujeres que sufren violencia machista. Observamos que en muchos casos al cambiar de pareja se topan de nuevo con otro maltratador. Trabajar sobre esa repetición de patrones puede dar resultados muy interesantes. Acorde a las estadísticas vemos que los programas actuales no están dando los frutos esperados. Quizás centrarse en este último campo de investigación podría darnos resultados diferentes.
¿Y cómo ve la situación actual de la criminología en España? ¿Cuál ha sido su evolución estos últimos años o décadas?
La criminología es una ciencia relativamente joven. Fue en el año 2003 cuando se promulgó el Real Decreto donde se estableció como título oficial la licenciatura en Criminología. Por lo tanto, apenas han pasado 20 años desde que se oficializaron los estudios a nivel universitario.
Yo recuerdo que hace unos 25 años los trabajadores sociales estaban en una situación similar a la que se encuentran en la actualidad los criminólogos. El trabajo social a día de hoy es una profesión que está totalmente instaurada tanto en el ámbito público como privado. Confío en que ocurra algo similar con los criminólogos. Es cuestión de tiempo y trabajo.
La evolución de la criminología la veo de forma positiva, aunque más lenta de lo que nos gustaría. Cada vez son más las universidades que han implementado estos estudios y vemos como en los equipos docentes cada vez están incorporados más criminólogos, mientras que hace unos años eran contados los que tenían esa formación en criminología.
La Sociedad Española de Criminología y Ciencias Forenses (SECCIF), a la cual me honro en presidir desde el día 9 de noviembre, cumple este año su XX aniversario de su fundación. Por aquellos tiempos era prácticamente la única asociación relacionada con la criminología. Ahora hay varias asociaciones y colegios profesionales. Esto quiere decir que vamos creciendo. Eso sí, desde aquí quiero hacer un llamamiento a todos ellos para que intentemos ir de la mano a la hora de trabajar en la inserción laboral del criminólogo. Juntos seguro que podremos conseguir unos resultados mayores que si cada uno vamos por nuestra cuenta. Todos sabemos que la unión hace la fuerza. Por lo tanto, deberíamos trabajar más de manera conjunta por el interés de la criminología y de los criminólogos.
Sr. Hueso Alonso, como presidente, ¿cuáles son sus objetivos para la SECCIF?
SECCIF es una asociación sin ánimo de lucro que tiene entre sus principales objetivos la promoción de trabajos de investigación en el ámbito de la criminología y ciencias forenses, el fomento de la formación en estos campos, la divulgación, así como la puesta a disposición de los miembros de la asociación los recursos que protejan debidamente su actividad profesional, tanto en el ámbito jurídico como personal.
Después de veinte años, somos conscientes de que hay trabajo por hacer y en ello estamos. En esta nueva andadura queremos potenciar acuerdos de colaboración con diferentes entidades (ya tenemos algunos en marcha) y llevar a la SECCIF a nuestros socios. En otras palabras, al ser una entidad de ámbito nacional, queremos acercar a nuestros socios diferentes actividades que les permitan ser más participes de nuestras actividades.
Del mismo modo, somos conscientes de que estamos en la era de las comunicaciones y la tecnología. En esa línea de acercarnos a la sociedad, realizaremos más eventos online, algo que permitirá también a socios y profesionales que están fuera de nuestras fronteras estar más presentes.
Asimismo, nos parece vital invertir en los jóvenes. Es decir, en los que serán los futuros criminólogos o quienes acaban de serlo. Vemos crucial apostar por ellos. Por eso, ya ofrecemos una cuota reducida para menores de 26 años. Igualmente, vamos a seguir esforzándonos para dotarlos de más recursos, tales como las prácticas universitarias que vamos a llevar a cabo con varias universidades. Unas prácticas que les acerquen a la realidad y que puedan ser de calidad, no unas meras prácticas para «hacer fotocopias». También habrá otro tipo de actividades que iremos desvelando.
¿Qué ámbitos de aplicación profesional tiene o podría tener la criminología?
Como diría algún político, me alegro de que me haga esa pregunta. Desde SECCIF queremos acercar a la realidad de las salidas profesionales a los estudiantes y, en especial, a nuestros socios. Creo que es un poco hipócrita —y perdón por la expresión— ofrecer como salida laboral de la criminología opositar a las FCSE o a funcionarios de prisiones. Actualmente, por desgracia, para acceder a cualquier oposición de ese tipo no se valora más que cualquier otro grado universitario el ser graduado en criminología. Por lo tanto, no son salidas específicas para esta ciencia. Sin embargo, sí vemos como en aseguradoras, en empresas de seguridad, en análisis de inteligencia, en calidad de responsables de prevención de pérdidas (loss prevention) o de oficial de cumplimiento (compliance), por poner algunos ejemplos, se está dando el debido valor a los criminólogos.
A mí que me gustan los perros y suelo decir que el criminólogo es como el pastor alemán. Se dice de esta raza de perro que no es la mejor en nada, pero que es la segunda mejor en todo. Me explico —y perdón por el símil—: los criminólogos no somos quienes más sabemos de derecho, ni de psicología, ni de sociología, ni de otras muchas disciplinas de las que bebe la criminología, pero sí podemos decir que sabemos de derecho, de psicología, sociología, etc. Algo que nos permite entendernos con estos profesionales y poder ser el nexo de unión perfecto en los equipos multidisciplinares. Ni qué decir de las virtudes que tiene un criminólogo, por esa capacidad de análisis, para realizar informes o de poder utilizar perfiles geográficos o perfiles psicológicos para adaptarlos a diferentes trabajos. En el tema del compliance también se puede aportar esa visión que va más allá del estricto derecho, proporcionándole una perspectiva más holística.
No nos olvidemos tampoco de los criminólogos que se incorporan a las universidades para poder instruir a los nuevos criminólogos, siendo la docencia otra salida.
No podemos pasar por alto la ciberseguridad, cada vez más presente y necesaria. Ahí está surgiendo la figura del cibercriminólogo, algo que está costando conseguir afianzar debido a que en el ámbito la ciberseguridad se suele acudir a profesionales de estudios técnicos como los ingenieros o informáticos. Estos pueden tener unas grandes capacidades técnicas, pero no olvidemos que detrás de dichos perfiles técnicos hay personas, y que no todo se reduce a «unos y ceros». Por lo tanto, sumar a ello un perfil más humanista como el del criminólogo aportará valor.
La verdad que este tema es tan amplio que daría para extendernos muchísimo más.
¿Y cómo aplica usted el conocimiento de la criminología a su práctica profesional?
En mi caso, trabajo como director de seguridad de una instalación y la criminología me ha permitido realizar informes de una forma más profesional. Por poner un ejemplo, utilizo mis estudios encaminados a la prevención de delitos dentro de la empresa aplicando la criminología ambiental. Por motivos de seguridad tampoco puedo ampliar en detalle técnicas que he empleado, pero la criminología aplicada al ámbito de la seguridad os aseguro que es muy útil.
En mi proceso de selección laboral la empresa valoró, entre otras cosas, que contara con este tipo de estudios. Tan solo pedían disponer de un grado universitario, pero que éste fuera el de Criminología lo valoraron de forma positiva. Eso significa que ya me sirvió desde antes de empezar a trabajar en dicho puesto.
También complemento mi actividad con la docencia dentro del grado de Criminología de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR). Creo que la formación es la base de los profesionales y siempre me ha gustado dedicarme a ella. Lo he hecho en diferentes ámbitos y ahora en el universitario. Es algo que me llena plenamente.
¿De qué manera se complementa la criminología con disciplinas como la psicología, la investigación privada o el derecho?
La criminología es una ciencia multidisciplinar. Dependerá del programa de enseñanza de cada universidad que dentro del grado de Criminología tenga más o menos peso el derecho, la psicología o la sociología, entre otras. Pero en la suma del estudio de todas ellas está una de las fortalezas de nuestros estudios. Ello nos permite tener una visión holística del delito y de todo lo que hay alrededor. Nos ayuda a entender qué ha llevado a una persona a cometer un ilícito, comprender la pena que lleva asociada, así como establecer mecanismos de prevención y de tratamiento a la víctima. También es interesante el acercamiento que tenemos con la criminalística o la medicina legal y forense. Si bien no son competencias propias del criminólogo, tener conocimiento de lo relacionado con estas ciencias forenses y otras es tremendamente útil para comprender lo que rodea a un hecho delictivo.
En cuanto a la investigación privada, me parece muy interesante el carácter complementario que puede aportar a la criminología y viceversa. No me atrevo a decir que soy detective porque, más allá de estar habilitado para ejercer de ello, creo que hay que ser muy respetuoso con los compañeros que se dedican a ello. Se trata de una profesión con mucha vocación y que exige muchas horas de trabajo para conseguir sus frutos. En su momento estuve tentado en incorporarme a un despacho de detectives, pero finalmente el destino me llevó por otros derroteros. Pero la unión de ambos estudios puede resultar muy interesante en procesos de selección de las empresas, por poner algún ejemplo.
Sr. Hueso Alonso, ¿querría añadir algo a todo lo antedicho?
Simplemente quiero reiterar mi agradecimiento por esta entrevista. También deseo animar a todos y cada uno de los criminólogos a que no desistan. Hay trabajo y más que habrá, pero hay que ser proactivos. Hay otras profesiones que, una vez terminados los estudios, cuentan con una gran disponibilidad de plazas (medicina, enfermería, etc.). En nuestro caso no es así, de momento. Pero, como digo, hay que ser proactivos y ofrecer nuestros servicios, adecuar nuestro currículum a la empresa a la que nos ofrezcamos y no esperar sentados a que salga un puesto de «lo nuestro». Cuando de verdad le hagamos ver a una empresa todo lo que le podemos ofrecer, ésta dirá que no sabe cómo ha podido vivir sin nosotros.
Animo a todos los criminólogos a que se sumen a alguna asociación o colegio. Obviamente, me gustaría que se sumaran a SECCIF, pero a fin de cuentas es una decisión personal y cada uno debe valorar lo que le puede reportar mayor interés. Eso sí, repito, la unión hace la fuerza. Como decía Alejandro Magno, «de la decisión de cada uno dependerá el destino de todos». Muchas gracias.
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